¡Claro que duele! Todo lo que toca la piel y el corazón, duele.
Ante el dolor: ¿pastillas para olvidar? No, pastillas para luchar. El vaso medio lleno. Duele, pero sabemos donde; bisturí, aguja, puntos, cicatriz... ya no duele. La cicatriz nos recuerda lo que dolió. Tenemos el poder de no tropezar en la misma piedra.
Ánimo, estamos juntos, yo también ayudo.
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