sábado, 8 de enero de 2011

"THIS TIME FOR AFRICA" (Shakira - Official World Cup Song)

Nota creada el 2 de mayo de 2010
“Alicia se rió: “no tiene sentido intentarlo”, dijo: “no se puede creer en cosas imposibles” “Yo más bien diría que es cuestión de práctica” dijo la reina. “Cuando yo era joven, practicaba todos los días durante media hora. Muchas veces llegue a creer en seis cosa imposibles antes del desayuno” (Lewis Carroll - Alicia en el País de las Maravillas)

¿Qué no tiene sentido intentarlo? ¿Qué no se puede creer en cosas imposibles? Por supuesto que sí.

Es importante creer en las cosas, pero más importante es aún, CREÉRSELAS. ¿Cómo se consigue? "Practicando"; media hora, como la reina, aunque a veces, con 5 minutos diarios es suficiente, como diría alguno.

Este año se juega la World Cup en Sudáfrica, "wow, qué lugar tan exhuberante, tan paradisiaco, tan estimulante, tan "aventurero"... Vienen a la cabeza los safaris, las jirafas, los leones, la vegetación salpicando el desierto... "Corre, coge los billetes a Johannesburgo que vamos a vivir una aventura. ¡Vamos a la selva!."

Todo el mundo, y nunca mejor dicho, dedicará, al menos, 5 minutos diarios a Sudáfrica; los 5 minutos de los deportes en el telediario, aunque sólo sea hasta que su equipo quede eliminado. Pero dedicará 5 minutos y Sudáfrica existirá para el mundo, al menos, durante esos 5 minutos. Desgraciadamente todavía se sigue pensando que las cosas existen en la medida en que les dedicamos nuestra atención, pero yo me planteo ese quebradero de cabeza que nos comentaron en las clases de Filosofía de COU: "si un árbol se cae en un bosque en el que no hay nadie, ¿hace ruido?".

Sí, aunque no haya nadie allí para escucharlo.

Con Sudáfrica pasa lo mismo, ha existido y existirá aunque no le dediquemos nuestra atención después de este Mundial, después de la película "Invictus" o después de las reseñas a Nelson Mandela. Sudáfrica y África. Pasa como Teruel. África también existe. Hay una diferencia, el patrimonio cultural y culinario de Teruel (véase, jamón) da muchas más satisfacciones a nivel mental y estomacal que los quebraderos de cabeza e inconvenientes a nuestra comodidad que puede presentar África, por eso, mejor pensar que el árbol no hace ruido, total, no está en nuestra mano cambiar las cosas, nosotros no podemos hacer nada. Además, para eso ya están las ONGs, los curas y las monjas.

Pero es una cuestión de responsabilidad. El desierto lo conforman millones de granitos de arena y cada uno tenemos en la mano uno, ¿vamos a hacer desaparecer una de las grandes maravillas de la Creación?

No quiero que quede la idea de que no hay que celebrar allí el Mundial. Hay que dar oportunidades (al final, las oportunidades nos diferencian, y ya existen demasiadas diferencias). Lo único que digo es que creemos un espíritu crítico en nosotros mismos y en los demás. Podemos cuestionarnos qué sucederá con la riqueza que consiga el país a partir de esta celebración, qué van a hacer con ella.

Es posible que los partidos se jueguen en las mejores zonas de Sudáfrica, pero en Sudáfrica también hay pobreza, también hay personas que viven en casas bajas con techos de uralita. Pero ellos no serán Sudáfrica este verano.

Este verano, África será el continente en evolución y crecimiento, el continente de las ofertas turísticas, de los grandes estadios; probablemente a partir del Mundial aumenten las demandas de safaris.

Pero, ¿qué pasa con las miles de personas que también existen en todo África y cuyo ruido del hambre y la enfermedad no suena porque no lo escuchamos? ¿No existen? Existen sólo esos atletas y futbolistas que “corren tanto porque están acostumbrados a correr delante de un león” (como diría alguno). Quizá corran tanto porque para poder comer han tenido que robar y correr para que no les pillaran. Mejor una explicación con menos estereotipos, quizá la estructura ósea y muscular de la raza negra tenga más potencialidades para el desarrollo de la actividad física y deportiva; Marta, esto lo dejo en tus manos.

Mi postura no es anti-Mundial en Sudáfrica, para nada, mi postura es anti-no aprovechar la oportunidad para darnos cuenta de que el glamour que nos van a vender es sólo el 1% de la realidad y la riqueza africana, tanto del dolor como de la alegría, la cultura y las costumbres. ¡Que quede claro! Además, África no es sólo negra, Marruecos, Egipto… también son África.

Mi postura es aprovechar este vídeo para darnos cuenta de que en nuestros patios y parques los niños y adolescentes no copian tanto el abrazo “porque todos somos un equipo”, la caricia de consuelo al que pierde, o el “no pasa nada, lo has intentado”. Copian el escupitajo al césped, el meter una patada para quitar un balón, el dar la mano mirando el trofeo que he conseguido y no a los ojos del que está desilusionado porque ha perdido.

¿Por qué no usar como ejemplo este vídeo de lo que es el fútbol? ¿No se trata de disfrutar y hacer con amor lo que uno hace? Esto no está reñido con el afán de superación y de mejora; una cosa es la competición y otra la competitividad llevada al extremo.

¿Cómo puede dar tanto juego una canción y un vídeo meramente comercial que juega con las ilusiones y los sueños de una afición que busca el reconocimiento social a nivel mundial por ganar un trofeo?

Creo que tengo y tenemos la oportunidad de cambiar el enfoque de los partidos: vayamos a los bares, pidamos una cerveza y dejémonos “enamorar” por la ilusión y la esperanza de ver ganar a nuestro equipo. Comentemos la jugada, la injusticia del fuera de juego, el golazo desde el centro del campo, el regate a tres defensas… Comentemos, íntegra, una realidad que nos retransmiten sesgada.

Comentemos que tenemos una amiga “friki” que aprovecha en cuanto puede a meter la cuña publicitaria y ¡demos ejemplos! Haremos escuchar ruido del árbol en el bosque desierto.

Es posible que se me “haya ido la olla”, no digo que no, pero… el mundo está lleno de árboles que caen y no escuchamos.

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