sábado, 3 de diciembre de 2011

LA FUERZA DE LAS PEQUEÑAS Y SIMPLES COSAS

     Cuando nadie mira, en la soledad de la habitación, del cuarto, del corazón... uno se desenmascara. Uno olvida el disfraz, la armadura y la lanza y vuelve al origen.

     Busca en cajones crayones con los que proyectar su origen, sus sueños... Busca una sábana que teñir y que le arrope en la oscuridad de la noche.

     A veces, en el cajón, junto a los crayones hay pequeñas cosas que no se sabe dónde colocar. A veces inservibles, otras, tan importantes que no se puede cerrar el cajón. ¿Por qué no hacer un collage con todas?

     Quizá, a la luz de la mañana, sólo quede una sábana arrugada y cada cosa colocada en su sitio. Quizá, a la luz  de la mañana. Quizá.

 


     Pequeñas cosas, simples cosas que guardar en el corazón y que son la brújula del pasado, del recuerdo... a veces blanco, a veces negro, a veces multicolor...

"(...) Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amó la vida,
              y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas (...)"

     También comprende cuán importante es haber encontrado la esencia que mueve la vida, la propia vida. Al menos uno sabe hacia dónde dirigirse. Qué camino escoger, eso ya, es otro cantar.


Papá Dembo es tan grande como un baobab
y es el más sabio de toda la aldea.
Papá Dembo es mi abuelo 
y cuenta las historias mejor que nadie.
-Dime, Papá Dembo, dime, ¿de qué color es África?
- ¿África, pequeño Chaka?
África es negra como mi piel,
y roja como la tierra,
y blanca como la luz del medio día,
y azul como las sombras del atardecer,
y amarilla como el gran río, 
y verde como las hojas de las palmeras.
África, pequeño Chaka,
tiene todos los colores de la vida.
(...)
-¡Pero, Papá Dembo,
yo no quiero que te mueras nunca!
- La muerte, pequeño Chaka, 
la muerte es un vestido que todo el mundo
se pondrá algún día.
Pero el mañana está aún lejos
y a mí me quedan aún por delante
muchos días, meses y años
para contarte más historias que te harán
guardar en el corazón el recuerdo de África.
Y puede que más adelante,
cuando tú tengas mi edad, pequeño Chaka,
seas tú el que le cuentes a tu nieto
las historias de Papá Dembo.
Entonces, allá donde yo esté, sonreiré feliz.
(África, pequeño Chaka... Marie Sellier & Marion Lesage. Ed. Edelvives)


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