sábado, 8 de enero de 2011

"LA MAYOR" (Angelina Lamelas)

Nota creada el 31 de mayo de 2009

Yo no me llamo Alicia, claro que no. La que se llama Alicia es la niña que está dentro del libro que me han regalado. Yo me llamo Aarika, que es un nombre mapuche, y vivo en Temuco, que es un lugar de Chile. Tengo siete años y soy la mayor de tres hermanos. Mi papá trabaja con las vacas y mi mamá hace millones de cestitos que luego vende en la Feria de Temuco. Yo cuido de mis hermanaos porque soy la mayor. Mis papás me lo dicen todos los días: “Aarika, cuida de tus hermanos, que tú eres la mayor y tienes que dar ejemplo”.
Vamos los tres juntos a la escuela, que está bastante lejos. En verano caminamos descalzos para no gastar los zapatos, y en invierno hacemos que duren los que tenemos. Yo los estreno, Mario hereda los míos y Lucita los de Mario, que antes habían sido míos. Para eso sí que es bueno ser la mayor.
La maestra ya me había dicho que yo iba a tener un premio por no faltar ningún día a la escuela en todo el curso. Y hoy, que es el último día de clase, me han dado el premio, que lo han llamado “de asistencia”. Y el premio ha sido un libro.
Ni un día falté. Tuve anginas, y fui. Tuve calentura, y también. Lo más difícil fue ir la mañana que tembló la tierra y se cayó el cobertizo de la cuadra. Mi papá sacó en brazos a La Morocha, la ternerita recién parida, pero y estaba muerta. Yo y mis hermanos nos plantamos en la puerta de casa sin dar un paso. Lucita lloraba, que para eso es pequeña. Entonces, yo le dije a mi papá, mirándole a los ojos, que no íbamos a la escuela, que nos daba miedo por si se abría la tierra.
-Y nos traga…- dijo Mario.
- En la escuela os dan de comer, y eso hay que aprovecharlo. La tierra no se va a abrir.
(Como si él mandara en la tierra)
Mi mamá también temblaba cuando nos dio el beso de la despedida. La Lucita le tiró de la falda:
-¡Aúpa…!
Pero ella movió la cabeza:
-Cuida de tus hermanos, Aarika, que tú eres la mayor.
La tierra tembló dos veces en el camino de la escuela, y a mí me tocó abrazarles con mucha fuerza, tirados los tres en el suelo.
Y hoy me han dado el premio “de asistencia”. Lo llevo en un cestito que me ha hecho mi mamá para guardar el material escolar. Se dice así: material escolar. Nos hemos parado cuatro veces antes de llegar a casa, y siempre he sacado el libro para que lo vieran mis hermanos y para verlo yo. Alicia es rubia, y lleva una vincha blanca en el pelo largo. Viste de azul, con delantalito blanco, calza zapatos negros, brillantes y nuevos, y un conejito muy gracioso la está mirando.
Estaba deseando llegar para enseñárselo a mis papás. En mi casa no hay libros. Ninguno. Bueno, sí, ahora hay uno, “Alicia”, que también se llama “En el país de las Maravillas”. ¿Cómo serán las Maravillas…?
Mi mamá lo ha tocado con respeto y ha sonreído:
-¡Qué lindo…!
Lo he abierto y he comenzado a leer: “A-li-ci-a em-pe-za-ba ya a can-sar-se de es-tar sen-ta-da con su her-ma-na a la o-ri-lla del rí-o, sin- te-ner na-da qué ha-cer: ha-bí-a e-cha-do un par de o-je-a-das al li-bro que su her-ma-na es-ta-ba le-yen-do…”.
-Ahora sigue tú…
Ella se puso colorada, muy colorada, y ha bajado la cabeza:
-Es que yo no sé leer…
Y eso sí que no. En ese momento he empezado a hacer de maestra:
-Mira, mami: ésta es la o, que es muy redondita, y la i tiene un sombrerito, y la a es como la o, pero con un rabito…
Y está aprendiendo muy bien.
FIN

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